LOS VERANOS DE RUIDERA - Momentos para discrepar

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lunes, 2 de julio de 2018

LOS VERANOS DE RUIDERA

Me irritan los veranos de Ruidera. Me agobian, me incomodan, me llenan de rabia esas fotos colgadas en el Facebook o en Instagram sin mesura y sin descanso —"Estamos aquí. Este año están fenomenal ¡Preciosas!"—, o cualquier otra ñoñería similar. Mientras, sus protagonistas caminan por barreras y travertinos sin ni siquiera conocer que con cada una de sus pisadas destruyen decenas de años de acción mecánica de la naturaleza. Sí; decenas de años de esa acción que hace posible que el agua, el sol, la oxigenación, el carbonato cálcico, los musgos, los salientes rocosos y los carrizales y masegares de las orillas, hagan nacer milímetro a milímetro esas "tobas" que son el origen y la esencia peculiar del preciado Parque Natural. Porque Ruidera es un río, señores, no un complejo lagunar. Un río represado de forma natural del que, eso sí, la inmensa mayoría de los que lo vienen a "disfrutar" no sabrían decir ni cuál es su verdadera denominación: ¿Guadiana? ¿Alto Guadiana? ¿Guadiana Alto?, porque no es lo mismo, no se vayan a pensar.

Y viene a cuento esta "desmedida" perorata como fruto de la indignación que la visión de un vídeo con un rebaño de vacas trashumantes abrevando en la laguna Del Rey me ha podido causar. Bueno, más que la tópica visión, lo que más me ha podido enervar ha sido la reacción que el mismo ha podido suscitar a través de la Red: un total de noventa y siete "Me gusta" y ciento veinticinco veces compartido, lo que no está nada mal dado que la página de procedencia todavía no es de las de gran difusión. Si todas las páginas, estudios, reportajes y/o artículos que durante décadas y por miles se han publicado tratando de dar a conocer la naturaleza, esencia y problemática de este parque natural hubieran tenido la misma aceptación, hoy el "ejército" de defensores preparados y capacitados para defender la naturaleza y la conservación de Ruidera se contaría por millones, eso sin exagerar.

Pero no, qué va, a quién se le puede ocurrir pensar que esas decenas de miles de veraneantes que visitan el Parque Natural pudieran estar interesados en conocer. Conocer las tantas y variadas formas que Ruidera puede presentar: la arqueológica, la histórica, la hidrogeológica, la de la gea, flora y fauna, la industrial, la económica y social, la política, la etnográfica… y para qué seguir. No, qué va. La Ruidera que les interesa es la del baño, el chiringuito, la paella y el coche en el mismo borde lagunar. Y por supuesto la del vídeo y la consabida foto que colgar ¡Maravilloso! A veces uno llega a pensar que maldita sea la buena "suerte" que posibilita la especial naturaleza hidrogeológica del Campo de Montiel, que permite que con pocas lluvias y escasos meses el Parque vuelva a renacer. Porque desde luego, méritos para tenerlo, conservarlo y disfrutarlo, pocos o ninguno solemos hacer.

Pues nada, muy bien, que reviente de veraneantes y automóviles otra vez, que si Ruidera ha de morir de algo será de éxito y masificación. Sin más literaturas, qué joder…

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