PATRIA: UN LIBRO QUE LEER - Momentos para discrepar

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lunes, 19 de marzo de 2018

PATRIA: UN LIBRO QUE LEER

PATRIA (Portada)
PATRIA (Portada)

de Fernando Aramburu

Me considero lector empedernido. Quizá por ello, pocas veces una nueva lectura me llega a sorprender. Sin embargo esto es lo que me ha ocurrido con Patria, de Fernando Aramburu; una obra tan emocionante, amena y sencilla que ha hecho que devorara sus más de seiscientas páginas con la misma rapidez que si de una obra de cien se tratara. Todo un acierto de literatura actual.
La obra me ha gustado sobre todo, además de por su trama literaria, por la visión que ofrece al lector del nacionalismo vasco y del conflicto que implementó en el seno de su propia sociedad: un camino magistralmente trazado que aporta claves de lo que "allí" sucedió de una manera desapasionada; una forma en suma de dar a conocer cómo ocurrieron las cosas por encima de esas maniqueas interpretaciones que en múltiples ocasiones se nos ha querido vender.
Reconozco que mi interés por conocer las "razones" de los nacionalismos independentistas nació hace bastantes años, justo en los albores de nuestra democracia, cuando la violencia terrorista del nacionalismo vasco amenazaba con destruir el proceso político sancionado por la Constitución. Acababa entonces de dejar el Ejército, y la preocupación por la posibilidad de que un proceso involucionista legitimado en la deriva terrorista me hiciera volver al cuartel —reclutado de nuevo, claro está—, me hizo preocuparme y mucho por querer conocer.
Recuerdo que leí y estudié entonces toda la literatura política que cayó en mis manos. Filósofos y teóricos del nacionalismo —liberales, socialistas, anarquistas— fueron explorados con gran avidez. Descubrí y asimile que el nacionalismo solo era una teoría, un invento de la ingeniería política para dar cohesión, primero a los territorios bajo la égida del Estado liberal, y posteriormente como ideología teórica para unificar territorios disgregados. Nacionalismo político el uno, cultural el otro; filtros sociales basados en tradicionalismos medievales y románticos que sacralizan la tierra y los territorios: llevados a la política suelen ser muy peligrosos.
El caso del nacionalismo vasco, en este sentido, es ejemplar: creación exclusiva de la visión política de Sabino Arana, un fundamentalista político-religioso que proponía la instauración de una auténtica teocracia con subordinación total tanto del Estado como de la sociedad, a la Iglesia: "Dios y leyes viejas" era su lema. Y un discurso tan rancio y tan banal sostenido en el tiempo ha sido capaz de dividir en dos a toda una sociedad —la vasca—; poner en jaque al Estado, y sembrar todo el territorio nacional de violencia y cadáveres durante el último medio siglo: algo nada fácil de explicar.
Y esa es la gran aportación que Aramburu ha logrado con Patria. Saber expresar con total sencillez cómo logró consolidarse la lucha armada a través de la constitución de una mentalidad de "pueblo elegido" y perseguido. Saber exponer el bochornoso papel que jugó la Iglesia católica vasca con sus "imanes" parroquiales. Saber expresar como la exacerbación de una sociedad arcaica y patriarcal fundamentada en los valores familiares, independentistas y de sumisión a la "causa" social, justificó la violencia. Toda una interpretación sobre el hecho y la dinámica nacionalista —en este caso la del nacionalismo vasco—, aunque extrapolable a la interpretación de cualquier otro nacionalismo, llámese catalanista o español. En definitiva, un libro que conviene leer.

Euzkadi y Sabino Arana
Euzkadi y Sabino Arana






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