DEMOCRACIA DE CALIDAD - Momentos para discrepar

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sábado, 16 de febrero de 2019

DEMOCRACIA DE CALIDAD

Uno de los leones de la entrada de Las Cortes.
Es obvio que en las últimas décadas se ha producido un aumento continuado del número de Estados que se rigen con procedimientos democráticos: la "democracia electoral" es ya la forma más fre-cuente de Gobierno en el mundo. Circunstancia que no es sinónimo de democracia plena, pues no en vano no son pocos los regímenes que pueden calificarse de democracias "iliberales".
Pero ¿cuáles son las condiciones que permitirían definir a un régimen como absolutamente democrático? Pues eso es algo que no está muy claro; lo que ha motivado la aparición de distintos rankings que utilizan diferentes mecanismos de valoración, por lo que suelen ofrecer resultados diferentes.
¿Y cuál es el grado de democracia que tenemos en este país? Pues esta sería la cuestión que pretendo analizar en este breve blog, ahora precisamente que tanto se denosta nuestra calidad democrática por la izquierda y por la derecha a la vez; los unos, porque la izquierda independentista, a fuer de querer hacer valer sus razones, se empeña hasta el absurdo en devaluar las instituciones calificándolas como antidemocráticas por no aceptar sus reivindicaciones, y tildando de parcial e injusta a la Justicia española a la que dice no reconocer. Los otros, porque aferrados al resurgir de un nacionalismo español trasnochado y populista, califican de débiles y traidores al Gobierno e instituciones dado que no aplican la mano dura de la fuerza, la imposición y los tercios de la Guardia Civil y la Legión.
Y ante semejante ataque por los dos frentes del entramado democrático de nuestro país, parece inevitable que no surjan dudas y grietas sobre la calidad de nuestro sistema. Lo que hace falta ver es si esas dudas se corresponden con la realidad, o si obedecen solo al estado de crispación que vivimos en el esperpento nacional.
Pues para responder a esta cuestión he tenido la fortuna de poder acceder a la información que facilitan los dos índices internacionales más recientes sobre evaluación democrática: el Democracy Index, y el Rule of Law index.
El Democracy Index, de The Economist, es de los más restrictivos y toma en consideración cinco elementos medidos en ciento sesenta y un países: el pluralismo y la calidad de los procesos electorales; la eficacia gubernamental, la participación política, la cultura política y las libertades políticas y civiles. Bien, pues hay que decir que en este ranking, para el año 2018, solo veinte países en el mundo aparecen calificados como "democracias plenas", España entre ellas, ocupando el puesto diecinueve. Y si este dato es sumamente importante, cobraría especial valor si añadimos que democracias como Francia, Bélgica, Italia, Portugal y EE.UU, no solo no están en este grupo, sino que aparecen calificadas como "democracias defectuosas": ¡Todo un ejemplo —el de los belgas— que tanto cuestionan nuestra justicia y libertades democráticas! ¡Vaya lección!
Hay que señalar, también, que en el ranking de las democracias plenas , son los países nórdicos los que encabezan el pelotón.
Por su parte el Rule of Law Index 2017-2018, elaborado por el World Justice Project, incluye en su análisis ciento trece Estados, tomando en consideración ocho factores: limitaciones a los poderes, ausencia de corrupción, gobierno abierto a los ciudadanos, derechos fundamentales, orden y seguridad, aplicación de normas, justicia civil y justicia penal. Bien, pues en este índice España ocupa el puesto veintitrés, con una calificación de 0,7 sobre 1, destacando especialmente en el valor de los derechos fundamentales, donde ocupa el puesto diecinueve en el ranking mundial.
Son la corrupción y el elemento Violent Redress que rige la propensión de la población a resolver los conflictos personales o políticos mediante intimidación o violencia, los factores que han lastrado una mejor calificación aún siendo ésta excelente ¡Ah, las omnipresentes lacras españolas de la picaresca y la "sangre"!
En este índice, nuevamente los países nórdicos ocupan la primera posición.
De modo que a tenor del juicio crítico objetivo internacional, nuestra democracia, pese a quien pese, y parece que pesa por igual a la derecha que a la izquierda, se encuentra en el pelotón de cabeza de democracias plenas a nivel mundial. Algo que nos permite tener fe en que la salud democrática de nuestro país va a ser capaz de asumir y reconducir todos los vaivenes políticos populistas-extremistas que en los próximos tiempos vamos a vivir. Y aunque esto es motivo de esperanza y tranquilidad, no debe de ocultar el hecho de que aún queda mucho camino por avanzar, los países nórdicos como ejemplo democrático a alcanzar. Pues no en vano con ellos tenemos una cosa en común: la monarquía constitucional, dado que tres de los cuatro nórdicos, lo son. Y es que de hecho, todas las monarquías constitucionales —menos la Belga— están en el grupo de las calificadas como mejores democracias del mundo ¡Por algo será!

2 comentarios:

  1. Eso, eso, democracia... el poder: para el pueblo. Igualdad de todas las personas. Una persona, un voto... Pero las mejores democracias, las que respetan el derecho tradicional de sangre de las familias reales... Con dos cojones. En fin... Mundo hipócrita hasta la médula.

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  2. Si somos muy buenos,por delante de Francia,con su ilustración y su " savoir faire" sobre democracia,por cierto hay directivas europeas que franceses y alemanes no cumplen cuando les afecta negativamente a ellos,y bueno,nos pasamos de garantistas en las leyes,más de cara a la galería para que vean por ahí fuera lo buenos chicos que somos,pero aquí hay que " pegar un golpe en la mesa" y transitoriamente,arreglar cuentas pendientes con el cáncer de este pais,: nacionalismos periféricos,y la jilipollada de la España federal,no somos ya bastante federales?, Mano dura durante un tiempo y luego volvemos al buenísimo garantistas que nos caracteriza,otros países de nuestro entorno lo han hecho,y la ONU,UNESCO,OTAN,FAO,les han dicho ni pío,el verdadero problema es " la falta de valentía,y demagogia de nuestros gobernantes...hala! Ya me he quedado tranquilo.

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