En el mundo literario existe la convicción de que, entre un escritor y otro
escritor, se producirá siempre un apasionante choque de mundos. Y en esa
convicción, yo soy de los que piensan que en las opiniones sobre asuntos
literarios poco debe importarnos si nos parecen justos o injustos, aduladores
o justicieros. Basta con aceptar que la opinión expresada es la del autor de
la misma, al margen de que estemos de acuerdo con él, o de que por el
contrario nos parezca un disparate, o incluso a veces un interesado ajuste de
cuentas ¡Si deseamos buscar ecuanimidad y rigor sobre nuestra obra, deberíamos
recurrir a los profesionales en estas lides! Lo que no es óbice para intentar
reseñar, desde luego con la mejor intención, aquellas obras que, por una u
otra razón, nos sorprenden hasta dejarnos algo así como un poso especial.
Y esto es lo que me ha ocurrido con la lectura de
Lucrezia Tornabuoni, señora de Florencia, última presentación de la escritora, Ana Ramos, premio internacional
“Virginia Woolf”, año 2020.
De Ana Ramos hay que decir que nació en Madrid, es licenciada en Geografía e
Historia, y que su trayectoria laboral ha estado vinculada siempre con el
mundo radiofónico —desde 1988 en RNE—, donde ha realizado y realiza muy
diversas tareas. Actualmente es la presentadora del programa de podcast “Una
historia de película”. Realizó su debut literario con
La pluma en 2019. Con su segunda obra,
Lucrezia Tornabuoni (2020), alcanzo el premio “Virginia Woolf”,
lo que ya es un incuestionable referente sobre la calidad literaria y la valía
de la autora.
Debo reconocer que a Ana Ramos la conocí en una de esas casualidades de la
vida que nos llevó a coincidir con el fin de grabar un podcast: “El cerco de
Leningrado”, para su programa de Radio Nacional. De voz cálida y amable, de
conversación versada y fluida, Ana me pareció una de esas personas que
cautivan a la primera impresión.
Asistí a la presentación de su libro en un manchego marco especial: “La casa
del hidalgo” en Alcázar de San Juan, donde entre rancios sillares, columnas
dóricas y vino final en umbría bodega-cueva, pude conocer su propia
experiencia a la hora de concebir y escribir la obra. Posteriormente, la pude
leer con absoluta dedicación.
Lucrezia Tornabuoni es una novela histórica que mantiene un
perfil de historia novelada, aunque también de biografía, tanto de la propia
Lucrezia, señora de Florencia, como por extensión, de la familia Medici y de
sus principales protegidos (Botticelli, Leonardo da Vinci), todo ello
expresado con una prosa tan limpia y cuidada, tan elegante, que me mueve a
decir que estamos ante una excelente novela fruto de una autora revelación.
A través de su personaje principal podremos llegar a conocer toda esa tramoya
cultural y política que configuró la eterna Florencia que conocemos hoy: la
religión con sus exigencias de fe y sus poderes teocráticos; la razón
iluminadora de filósofos y artistas, los intereses financieros y comerciales
de la torticera diplomacia, y la guerra y la traición con sus sucedáneos de
muerte y destrucción. Y entre todo ello, como amalgama, el amor incondicional
de una familia que supo forjar su destino junto al de toda la Toscana,
dotándola de un esplendor que ha perdurado hasta hoy.
Lucrezia Tornabuoni, señora de Florencia es una obra a
recomendar, sin duda alguna. Una novela capaz de convertir la vida de sus
personajes en la propia trama, mientras que la ardua investigación histórica
ha de transmitir una importante lección de conocimiento y saber sobre el
Quattrocento italiano. Mi más sincera felicitación a la autora, a la que no
cabe otra cosa que pedir aquello de que no retrase demasiado su próxima
publicación. Un placer la lectura de Lucrezia Tornabuoni, y otro
más haberla podido reseñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar...