EL ENIGMA DEL GUADIANA - Momentos para discrepar

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miércoles, 15 de mayo de 2019

EL ENIGMA DEL GUADIANA

Porque enigma, sí, parece seguir constituyendo la cuestión del nacimiento del río Guadiana, ya que a lo que se ve no hay forma de que nos queramos desprender de aquella romántica leyenda del "puente sobre el cual pacen todo el año más de diez mil carneros" que describiera el embajador veneciano, Andrea Navaggero, allá en los albores del siglo XVI. Y es que la imagen literaria, la fábula y la tradición resultan siempre argumentos populares con un enorme poder de seducción.
OJOS DEL GUADIANA
Ojos del Guadiana: una lágrima en la actualidad
Y vuelvo a cuento con este tema por el hecho de que en prácticamente todos los documentos que integran el denominado "Plan de gestión del espacio Natura 2000, Lagunas de Ruidera, ES4210017", todavía se encuentran descripciones literales con asertos tales como que "Las Lagunas de Ruidera constituyen una sucesión escalonada de 15 lagunas a lo largo de 35 km. (...) Su origen y formación, de gran originalidad y valor geomorfológico, se debe al represamiento de las aguas del curso superior del río Guadiana por barreras naturales de travertinos...". Es decir, asertos que no aciertan a distinguir entre lo que es el curso alto de un río, con el topónimo que define el río en cuestión. Porque ¿se puede seguir admitiendo en documentos oficiales el mantenimiento de esa infundada creencia del nacimiento del río Guadiana en las lagunas de Ruidera? ¿Es que este tipo de documentación no tiene la obligación de ser coherente con el posicionamiento científico, realizando a su vez una adecuada labor de pedagogía y educación?
Porque el Guadiana de Ruidera, señores, no es el Guadiana que nace, o mejor, nacía, en los Ojos del Guadiana (términos municipales de Daimiel y Villarrubia de los Ojos). Y por eso, con sus diversos topónimos en cabecera —río Pinilla, Vado Ancho—, su nombre oficial, desde el paraje de las lagunas de Ruidera, es el de Guadiana Alto, que no es lo mismo, ni mucho menos, que el curso superior del río Guadiana, ni que la cuenca alta de dicho río, entendido el río Guadiana como aquel que nace o nacía en los Ojos, desembocando en el Atlántico.
Que el Guadiana Alto, o de Ruidera, y que el Guadiana, son dos ríos diferentes, es materia científica aceptada, al menos, desde mediados del siglo XIX. Y es la investigación contrastada la que avala este aserto. Al menos eso es lo que corrobora la diversa documentación que compilan archivos y hemerotecas. Documentación que incluso llega a referenciar al famoso arquitecto, don Juan de Villanueva, que al abordar su proyecto del Canal del Gran Priorato de San Juan, calificó de "cuentos de viejas" las creencias que sobre tal hundimiento corrían.
Fue don Pascual Madoz, en su famoso Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1846) el que refiriéndose al origen de éste río, dio a la imprenta el siguiente texto: "Nosotros distinguimos real y verdaderamente dos ríos (…) el primero que procede de las lagunas muere del todo en las vegas de Alcázar(…) con el mismo nombre de Guadiana nace en el término de Villarrubia un segundo río (…) que tiene su origen en el sitio de los Ojos".
Pero es en la década de 1970 cuando un equipo de investigación formado por geólogos de la Compañía General de Sondeos y del Instituto Geológico y Minero —a instancias del Ministerio de Industria— realiza una extensa investigación, en la que se concluyó que "El Guadiana Alto es una continuación del llamado río Pinilla (…) No existe conexión directa alguna entre el río Guadiana Alto y el río Guadiana nuevo".
OJOS DEL GUADIANA
Las moribundas Tablas de Daimiel
En conclusión, las últimas aportaciones y estudios científicos permiten asegurar que la red hidrográfica del río Pinilla forma las lagunas de Ruidera con el agua que sale a superficie del acuífero del Campo de Montiel (Acuífero 24). El agua del acuífero que no emerge a la superficie pasa a la capa inferior del acuífero de la Llanura Manchega (Acuífero 23), pero jamás ha aparecido por los Ojos del Guadiana. Se debe, por tanto, rechazar la idea que fija su nacimiento en las célebres lagunas, para situarlo realmente en los Ojos del Guadiana.
Han de distinguirse, por tanto, dos ríos: el que procede de las lagunas de Ruidera, con el nombre de Guadiana Alto o de Ruidera; y el que nace en los Ojos, que se denomina Guadiana. Es decir, que lo que las investigaciones científicas han dejado claro es que el río Guadiana, el que desemboca por Ayamonte en el océano Atlántico, nace —o mejor nacía— en el paraje denominado "Ojos del Guadiana", siendo su única fuente de nacimiento las aguas subterráneas del Acuífero 23. Y que el río que mediante una serie de represas tobáceas configura las denominadas lagunas de Ruidera, es otro río diferente, llámese como se quiera llamar. Si bien, en respeto a la tradición, deberíamos denominarlo Guadiana Alto, para diferenciarlo del Guadiana sin más.
Lo que no es de recibo, lo que no se puede seguir admitiendo ya, es que técnicos, expertos, documentación e instituciones públicas y privadas, sigan confundiendo el río Guadiana Alto (o de Ruidera), con el tramo alto o curso superior del río Guadiana, porque eso es tanto como seguir confundiendo a nivel oficial el "tocino con la velocidad"… ¡Ay, cuándo aprenderemos a expresarnos con claridad!

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