MOMENTOS PARA EL DIÁLOGO (I) - Momentos para discrepar

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viernes, 7 de octubre de 2016

MOMENTOS PARA EL DIÁLOGO (I)


LA JUVENTUD PERDIDA


Muchas son las veces que me he preguntado qué puedo esperar de la vida ahora que hace años que ya dejé atrás la juventud ¿Quizá la vida deja de ser interesante por esta razón? —me pregunto—. Y pienso que la respuesta dimana de una sola cuestión ¿Soy  feliz? ¿Sigo teniendo razones para serlo? Esa es la cuestión. Y sobre ella ya no me quiero engañar. Porque sé que soy una persona dolida y precaria, un hombre que lleva heridas en su interior desde el principio mismo. Por eso estoy pasando toda mi vida adulta vertiendo palabras como sangre en el papel. Porque ya no encuentro otras recompensas, alejado de aquellos pequeños placeres que podían suponerme viandas, viajes, diversiones o alcohol.
Así que escribo porque estas letras me sirven como muletas para mantenerme erguido y poder moverme por el mundo. Conozco, pues, lo que necesito para ser feliz en mi momento actual. Y hasta soy consciente de tenerlo. Ya no ansío el aplauso o la aprobación externa, sólo deseo aprovechar el tiempo para hacer las cosas que quiero hacer. Y además soy capaz de apreciar lo que tengo cerca; la belleza de cualquier momento y cualquier lugar… No es poca cosa… Así que no me preocupa en exceso justificar la razón de escribir estas reflexiones ¡Simplemente me hacen feliz! Y todo lo demás parece sobrar. Porque he pasado demasiados momentos de mi vida asustado, con miedo, casi enfermo de preocupación, mi estómago y mi vientre destrozados por tan pueril situación.
Por eso ahora que ya me aproximo a esa etapa en la que voy a tener que pagar inexorablemente tributo a la vejez, en la que veré peor, oiré con más dificultad, seré más torpe al aprendizaje y más olvidadizo con todo lo que aprendí, ya no puedo seguir viviendo de la fatua vanidad. Mi único objetivo ha de ser intentar trasladar o dejar constancia de aquellas cosas que aprendí en el deseo de que puedan servir al menos como tema de meditación, ya que no de consejo u orientación. De cualquier forma son lecciones de vida: "Historias de vida" las denomina la ciencia sociológica; en cualquier caso una manera interesante de dejar constancia del paso del tiempo, los usos, modos y costumbres de una determinada sociedad en un  momento histórico determinado, y las reflexiones y lecciones que todo ello me suscitó: ¡No es mala pretensión!


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