AIT: RED DE SANGRE - Momentos para discrepar

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martes, 3 de septiembre de 2019

AIT: RED DE SANGRE

Decía en una entrada anterior que, últimamente, me ha dado por seguir y reseñar obras de autores autopublicados, con objeto, no solo de apoyar su trabajo, sino, llegado el caso, investigar en ellos las posibles claves del éxito que hubiera podido tener su propia autoedición.
AIT: RED DE SANGRE
Portada libro
Porque si ya es difícil publicar, no digamos que se lea lo publicado y además vender. Así que, me parece que no está de más intentar echar una mano a esas autopublicaciones que, por una u otra razón, caen en mi poder y que además de ello, me llegan a sorprender.
Pues este es el caso que hoy me motiva a escribir sobre una obra: AIT: red de sangre, de Samira Reeve —sin duda el seudónimo que oculta a su autor— una obra que me ha dejado francamente sorprendido en su hacer. Y digo sorprendido, por aquello de ser comedido, pues la verdad es que casi no salgo del asombro… ¿cómo ha sido posible?
La obra llego a mí cuando estaba en los preludios del proceso de publicación; es decir, no he conocido antes las intenciones del autor, ni las razones que le llevaron a escribir esta novela. Pero sí tuve la oportunidad de realizar, a petición del mismo, una prelectura crítica antes de su publicación.
Y fue en ese momento cuando surgió ese flash. Porque yo tomé esa lectura con muchas reticencias y casi por obligación. Reticencias, por su temática: género negro adornado además con ciertas dosis de ciencia ficción; lo cual ya suponía un poderoso hándicap ante mi gusto lector. Obligación, porque toda lectura que no elijo directamente, me supone una penosa obligación.
Así que comencé a leer lleno de prejuicios: una primeriza obra, de un también primerizo autor ¿en qué lío me había metido?
Pero bastaron muy pocas páginas de lectura para que mi cara y mi semblante comenzaran a cambiar: del desinterés, a la atención; de la sorpresa, al asombro, y de éste a la incredulidad. ¿Cómo era posible? Unos personajes que tomaban forma y consistencia desde las primeras páginas; una trama que se esbozaba por momentos atrapándome en su acción, una correcta narración de cuidada ortografía, un manejo de la técnica del diálogo impecable, casi, casi, de manual ¿cómo era posible?
La trama nos presenta nuestro propio país en un futuro no muy lejano. Una época dura, casi incontrolable y cruenta, donde las acciones terroristas (atentados, incendios, luchas callejeras, acciones policiales, sufrimiento, dolor) han dado paso a un Estado policial, con una presencia asfixiante de agentes en las calles; las libertades coartadas con la propia aquiescencia de los ciudadanos que han concedido a las fuerzas del orden público poderes y capacidades impensables en otros tiempos. Y una unidad de élite antiterrorista, el AIT, que actúa con “patente de corso” en sus procedimientos y métodos de acción: dos agentes del AIT persiguen a unos sospechosos que se dirigen en una furgoneta hacia la capital del Estado. Lo que van a descubrir en su interior, cambiará sus vidas para siempre.
Es, AIT: red de sangre, por tanto, una novela dura y cruenta, tal vez no apta para un público lector de especial sensibilidad. Pero extraordinariamente ágil y joven, a cambio. Aunque puede que ese sea su principal hándicap: no está destinada a ser aceptada por un lector tradicional, sino que parece dirigida a las nuevas generaciones que encuentran en el mundo de los videojuegos y el “rol” su fuente de inspiración. Y ya se sabe que éstas generaciones no son muy dadas a ese hábito de leer ¿supondrá eso el fracaso de la edición?
Pues sería una pena, porque el novel autor muestra unas trazas en su hacer de auténtico valor: todo un potencial de futuro escritor ¡Ojalá tenga suerte con ésta, su primera publicación!

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