A VUELTAS CON LA FELICIDAD (VII) - CRÍTICA Y DESCALIFICACIÓN - Momentos para discrepar

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jueves, 17 de octubre de 2019

A VUELTAS CON LA FELICIDAD (VII) - CRÍTICA Y DESCALIFICACIÓN

Hay mucha gente que vive a diario criticando y descalificando a todos aquellos que encuentran a su alrededor; parece como si disfrutaran menospreciando o rebajando a los demás. Y pocos son los que pueden jactarse de no haber recibido este tipo de trato tan vejatorio: si haces porque haces; y si no haces, por eso mismo, porque no haces, el caso es que te criticarán. Y esas personas que critican y descalifican son personas extraordinariamente tóxicas que hay que saber evitar. Porque muchas veces están en nuestro propio entorno: disfrazadas como amigos o incluso contándose entre nuestros familiares.
CRÍTICA Y DESCALIFICACIÓN

Ante ello conviene, como decía Gracián, no creer fácilmente, porque lamentablemente, mentir es algo muy cotidiano, de modo que conviene hacer del creer algo extraordinario.
Pero no siempre la crítica y la descalificación son cosa directa. A veces resulta ser sutil y artera. Son esos “amigos” que nunca tienen un elogio completo, que siempre encuentran en lo que haces un “pero” que poner: “No está mal, pero…” “Te ha faltado esto…”; en resumen, cualquier cosa menos un elogio sincero, aunque, eso sí, disfrazado siempre como buen consejo.
Y este es un trato demoledor. Porque lo recibes de quien confías, de aquel al que consideras tu amigo, y así comienzas a dudar hasta de tu propia capacidad ¿No será que tiene razón? —te preguntarás una y otra vez—. Lo peor de todo, es que, en muchas ocasiones, de tanto ser descalificado, uno puede convertirse en descalificador: “¡Ya está bien! ¡Ahora me toca a mí!” —suele ser el argumento principal.
Me pregunto por qué las personas podemos llegar a comportarnos así. Y la única explicación que encuentro son las frustraciones y la inseguridad que genera el no ver cumplidas nuestras ilusiones y nuestros sueños. Y si nosotros no pudimos, podemos llegar a odiar que pudieran los demás.
Sinceramente creo que la crítica y la descalificación indican un carácter vil y malicioso contrario a la felicidad de aquel que critica. Pero precisamente por eso no debemos engañarnos sobre la condición de las personas: tan necesario como leer y estudiar es aprender a distinguirlas, saber elegir siempre aquellas que de verdad merezcan nuestra dedicación y tiempo. Aunque en lo fundamental, no es conveniente prestar mucha atención a aquellos que dicen apreciarnos mucho, porque suele suceder que incluso en sus mejores intenciones nos desean males. Así que, en la mayoría de las ocasiones, lo mejor que puede ocurrirnos es que no nos suceda nada de las cosas que nos desean los ajenos.
Así, pues, y en resumen, oídos sordos y larga distancia con aquellos que son dados a la crítica y/o descalificación, acierto con la apreciación, mesura en el creer, y brazos tendidos y abiertos con aquellos que tenemos por amigos de verdad.

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