LA HERMANDAD DE LA NIEVE

Que una novela venga avalada por la concesión del premio Hislibris a la mejor novela histórica, ya supone un valor más que importante que invita a leer; sobre todo si el lector es especialmente amante de ese género en particular.

 

Porque quizá constituya Hislibris uno de los foros más activos y más notable en cuanto al género de novela histórica se refiere. Sus certámenes, tanto de cuento y narrativa breve, como de novela, suelen gozar de una enorme participación y de una altísima calidad. Todas esas obras se someten a la lectura crítica de los componentes del foro, que junto con los comentarios realizados consiguen una “democratización” real del premio a otorgar.

Así, pues, una obra galardonada en Hislibris, es un trabajo literario que ha pasado un durísimo tamiz crítico, y que por ello mismo, garantiza su valor.

La hermandad de la nieve, premio Hislibris 2013, llegó a mis manos avalada precisamente por este galardón. Por ese premio, y por los muy positivos comentarios que sobre ella había podido leer. Así que me predispuse a su lectura con muy buenas expectativas y la mejor intención.

De modo que lo primero que cabría decir, realizados los prolegómenos, es que no conocía de nada al autor, ni mucho menos su obra. Por eso quedé netamente abrumado cuando al realizar una búsqueda del mismo en internet, descubrí un autor que entre otros había obtenido galardones tan importantes como el premio Azorín (1989), el Café Gijón (1993) y el Alfonso XIII (1995) ¿Cómo era posible que me hubiera pasado desapercibido hasta hoy?

Pues quizá por la misma razón que el propio autor expone en algunas de sus entrevistas: que él rehúye de los cánones de la novela comercial para centrarse en el valor literario de la obra; valor literario que le lleva a cuidar, tono, ritmo, verosimilitud, atmósfera, pretensión y significado del conjunto. Es decir, hacer literatura sin más, aunque ello no resulte comercial.

Y eso es lo que viene a hacer en La hermandad de la nieve, literatura para recrear ese oscuro pasado histórico que discurre entre la caída del reino nazarí, en 1492, y la guerra civil más conocida como Rebelión de las Alpujarras (1568-1571).

Para ello nos presenta una saga familiar —la de los Bayos— dedicados al oficio de acarrear nieve desde Sierra Nevada a Granada, y cuidando de su fuente de riqueza y privilegio a través de la fundación gremial de una hermandad.

Utiliza, pues, José Vicente Pascual, un arte u oficio trivial para contarnos, a través de sus diversos azares, hipótesis y conclusiones históricas, como que la caída del reino nazarí no fue sino el medio por el que las familias más poderosas de Granada pretendieron evitar una derrota militar, a la vez que retener el poder económico a cambio de variar nominalmente su religión y vestimenta, al mismo tiempo que resultó ser útil a los cristianos que evitaron continuar con una guerra costosa más dura de lo esperado. En resumen, que la lucha por el verdadero poder quedó diferida en el tiempo.

Utiliza para ello un elenco de personajes simples —salvo quizá los tres patriarcas de los Bayos, a los que mueve una voluntad y una resolución inquebrantable—; hombres y mujeres valerosamente entregados al afán de vivir durante tres generaciones que van a abarcar todo el siglo XVI. Y utiliza para ello una prosa rica, preciosista y fluida, que hace de la lectura un momento encantador.

Pero también consigue el autor deslavazar los mitos de grandes personajes —Gran Capitán, Diego Hurtado de Mendoza, Alonso del Castillo— para presentarlos como gentes de carne y hueso apegadas a los afanes de este mundo; gente que ama, codicia, se equivoca, porfía y lucha. Gentes, en definitiva, con las que José Vicente Pascual entiende que pueden escribirse novelas en las que “la tinta se agarre al papel como la sangre a la vida”.

En definitiva, una excelente novela histórica que no dejará indiferente a ningún lector.