Con Morir en Marruecos, el doctor Velasco, culmina la tercera entrega de su serie "España en guerra"; una serie que comenzó con Guerrilleros
y que pudo tener su continuación con Carne de cañón.
Un conjunto de trabajos con los que el autor pretende testimoniar el padecimiento de aquellas personas más desfavorecidas —proletariado, jornaleros— que se vieron obligados a participar y morir en lejanas luchas coloniales para defender, siempre bajo el señuelo del honor patrio, unos intereses económicos que, en realidad, solo servían para sojuzgarlos,
manteniéndolos permanentemente en una situación de enajenación social.
Y de entre todos ellos, más en concreto, los jornaleros manchegos, siempre
olvidados por la historiografía española, como si su sangre y sufrimientos no
tuvieran el mismo valor que los de sus congéneres de otras regiones del país,
mucho mejor ensalzados por periodistas, escritores y poetas. Algo bastante
lógico y normal dado el nivel de analfabetismo y falta de intelectuales que
casi siempre ha acompañado a la Mancha en su trayectoria ancestral.
Y es, quizá, por eso, que Velasco intenta que los hechos históricos narrados
queden bien complementados con la trayectoria personal y vital de los
personajes protagonistas. A través de ellos hace posible conocer el medio
social y económico que les rodeaba y que tanto los condicionó —pura
etnografía—, al mismo tiempo que el recurso a las "historias de vida" le ha
permitido incorporar algo de análisis sociológico sobre el medio y la época en
cuestión, especialidad curricular que corresponde al escritor. Si esto lo
logra o no, eso es juicio que corresponde al lector.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar...