CARNE DE CAÑÓN intenta analizar y debatir sobre una época
crítica: aquella en la que perdimos el Imperio que durante cuatro siglos había
permitido considerar a España como una potencia mundial. Una potencia en lo
político-militar, claro está, porque nunca se vio acompañada de su
correspondiente correlato de prosperidad en lo económico y mucho menos en lo
social. De este modo los componentes del pueblo llano —los estratos sociales
más bajos; proletariado en un tiempo histórico posterior— nunca sintieron un
gran apego por las colonias puesto que, para ellos, salvo ir a conquistar,
esto es, a luchar y morir, de ellas poco o nada más lograron sacar.
Sin embargo, ese imperio colonial constituyó una auténtica espada de Damocles
sobre sus cabezas, un auténtico impuesto de sangre para toda esa gran mayoría
social menesterosa a la que la pérdida o recluta de sus hijos solía sumir en
una penuria total.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar...