FLORA ACUÁTICA LAGUNAS DE RUIDERA - Momentos para discrepar

Lo último:

Anuncios adaptables aquí (0)

Anuncios adaptables aquí (1)

lunes, 22 de abril de 2019

FLORA ACUÁTICA LAGUNAS DE RUIDERA

Son muchísimas las páginas que a lo largo de mi vida habré escrito sobre Ruidera. Pienso que no debe quedar faceta ni perspectiva que no haya querido tratar: unas veces para glosarla, otras para denunciar los abusos que sobre el paraje se realizaban; en todo caso siempre con el vivo interés de ayudar a su conservación y cuidado a través de la información y concienciación.
LAGUNAS DE RUIDERA
Lagunas de Ruidera
Reconozco que mi interés por las lagunas de Ruidera fue tardío, que me costó casi medio siglo el poderlas conocer pese a vivir a corta distancia de ellas —unos sesenta kilómetros, aproximadamente—. Pero quizá fue por eso, precisamente, por lo que pudieron pasarme desapercibidas durante mi infancia y adolescencia, porque esa distancia en los atrasados pueblos manchegos de los años 60 del pasado siglo, era un obstáculo casi imposible de salvar con los pocos medios de transporte con que podíamos contar.
De esos pueblos, luego tuvimos que salir; unos antes, otros después; los unos a trabajar, otros a cumplir las obligaciones militares; algún que otro, los menos, a estudiar. Y así, al fin, del pueblo solo quedaron recuerdos y nostalgias.
Yo, con el paso de los años, pude volver. Creo que fui el único de entre los amigos. Los demás quedaron atrapados en la gran ciudad. Pero para entonces se me había pasado media vida, tenía una familia a mis espaldas y muchas ganas de conocer y averiguar. Fue en esos tiempos cuando descubrí Ruidera.
Al principio visité las lagunas como uno más de los tantos turistas que cada verano invadían el lugar: un excelente sitio de baño donde comer y disfrutar, y nada más. De sus problemas, de sus dificultades de gestión, de su entretejido social y ecológico, poco o nada quería saber: Ruidera era tan solo lugar para la diversión y el esparcimiento en mi burda apreciación, y poco o nada importaba lo demás.
Fue a comienzos de los años 90 cuando comenzó a cambiar mi apreciación. Por entonces estalló un conflicto social motivado por el agotamiento de los recursos hídricos que albergaba el subsuelo manchego, unos enormes acuíferos que habían sido esquilmados hasta la saciedad. Como resultado, el primer desastre ecológico aconteció en Daimiel: el emblemático parque nacional de Las Tablas prácticamente desapareció.
Me interesó esta problemática; al fin yo era sociólogo y ante mí tenía todo un nuevo campo de investigación. Y así dieron comienzo mis primeros viajes con objetivo de estudio e investigación. Del Acuífero 23 al 24; de las Tablas de Daimiel a Ruidera. Y entre ambos parajes pronto descubrí que mediaba el abismo que separa la agonía de la resurrección; la vida y la muerte: como enfermo terminal eran Las tablas; esperanza de resurrección y vida era Ruidera.
Siguieron tiempos de estudio y lectura: horas y horas dedicadas a la investigación a fin de conocer bien esta tierra y la problemática social y ecológica que le acontecía. Y así me llené como de una sorda desesperación ¡Estaba tan claro el problema!¿Por qué no lo veían? ¿Por qué no se quería actuar? Mientras tanto, Daimiel se moría, pero Ruidera aguantaba; estaba ahí, resistiendo a pesar de los pesares de tanto maltrato y destrucción.
Me pregunté qué podía hacer. Así que me respondí que lo único que sabía hacer: ¡Escribir! De modo que comencé a publicar en periódicos y revistas; interpelaba a las autoridades, interponía denuncias. Y así fue como de pronto y sin pretenderlo me vi calificado de ecologista ¡Ecologista yo, que nunca había sentido el más mínimo interés por la cuestión! Pero ¿Por qué no? Llegué a fundar una asociación ecologista y me dejé arrastrar por su dinámica. Así que con el paso de los años conocí a otras muchas gentes que también compartían esa preocupación: científicos, vecinos comprometidos tanto en Ruidera como en los pueblos de alrededor.
Y así he llegado hasta aquí, con la enorme alegría de ver como cambiaron ideas y posicionamientos hasta el punto de haber logrado que Ruidera, hoy, sea un lugar mejor. Y aunque soy consciente de que todavía no se han superado todos los problemas existentes, estamos en el buen camino de considerar que Ruidera constituye un espléndido patrimonio natural que tenemos que cuidar y conservar. Y es en esa convicción en la que me permito incidir compartiendo en lo posible aquella información que en uno u otro momento pude obtener, pero que no disfruta de un acceso fácil a su localización.
Así que, como información final a esta entrada, quizá explicitar que el inventario de flora cuyo acceso facilito se compone del conjunto de archivos y vídeos que paso a enumerar:

Flora acuática de las Lagunas de Ruidera »

      • Presentación en Power Point (interactivo) de la flora acuática de las Lagunas de Ruidera.
      • Presentación en PDF de la flora acuática de las Lagunas de Ruidera.
      • Vídeos de los fondos y de los manatiañes subacuáticos de las Laguna de Ruidera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar...

Anuncios adaptables aquí (2)