FILOSOFÍA Y PENSAMIENTO PARA LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA (II) - Momentos para discrepar

Lo último:

Anuncios adaptables aquí (0)

Anuncios adaptables aquí (1)

miércoles, 2 de diciembre de 2020

FILOSOFÍA Y PENSAMIENTO PARA LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA (II)

 

Hoy en día, la crisis social y económica motivadas por la actual pandemia del COVID 19, junto a la persistente crisis climática, nos fuerza, de alguna manera, a tomar conciencia de que nos hemos instalado en una fase de paralización, cuando no de retroceso, de la propia democracia. Y que la única posibilidad de avance y defensa de los sistemas democráticos, pasa, necesariamente, por la necesidad de avanzar hacia un modelo de crecimiento que no ponga en peligro la existencia de la sociedad; una sociedad cuyos efectos destructivos nos afectan a todos, pero principalmente a los grupos más vulnerables.
DESERTIFICACIÓN HUMEDALES MANCHEGOS
Colonización agraria de los humedales manchegos
Si aspiramos a un modelo de justicia social en el mundo, va a resultar absolutamente necesario cuestionar el modelo productivista y extraccionista de crecimiento actual, y llevar a efecto una verdadera transición ecológica que establezca una relación distinta entre todos los seres humanos, y de estos con el Medio Ambiente y todos los seres incluidos en él.
Y ello va a suponer tener que cambiar muchos de los estilos de vida del momento: habrá que ir eliminando el consumo de combustibles fósiles para sustituirlos por energías renovables; tendremos que garantizar la salud mundial, para lo que resultará imprescindible afrontar el cambio climático y sus consecuencias, como la inusual proliferación de fenómenos meteorológicos adversos con sus secuelas de hambrunas, epidemias y éxodos masivos de población. Habrá que prevenir que la elevación de las temperaturas subirá los niveles del mar, haciendo inhabitables muchas de las actuales zonas costeras; que el calentamiento posibilitará nuevos hábitats para la proliferación de insectos transmisores de enfermedades, como el paludismo, el ébola o el dengue, consideradas actualmente como exclusivamente tropicales. Y, sobre todo, habrá que garantizar el acceso de todos los seres humanos al agua potable y la alimentación.
La producción de alimentos constituye, en estos momentos, una de las más lacerantes cuestiones de injusticia social, fuente de odios étnicos, raciales, religiosos y de todo tipo, que solo encuentran solución en la eliminación de sus contrarios.
Las grandes multinacionales de la agricultura y los transgénicos controlan ya un ochenta por ciento de la producción mundial de alimentos, destinando sus indiscriminadas compras de tierras a sus intereses económicos y pecuniarios, sin tener en cuenta a las poblaciones que ancestralmente las cuidaron. 
Hablemos, por ejemplo, de las tierras secas del mundo. En ellas habitan más de dos mil millones de los habitantes del planeta. Y la mayoría de ellos viven bajo el umbral de la pobreza y sin accesos adecuados al agua potable. Las tierras secas suponen hasta el 41,3 por ciento de la tierra emergente del globo, y en ellas se encuentra el 44 por ciento de la tierra cultivada. Las tierras secas sustentan el 50 por ciento del ganado del mundo, incluyen casi la mitad de todas las tierras de labranza, y son grandes hábitats para la fauna salvaje y para el desarrollo de una increíble diversidad de especies altamente especializadas.
Pero hoy, las multinacionales de la agricultura, se están haciendo con la propiedad de todas ellas, utilizando todos los medios precisos, sean legales, coercitivos y/o mafiosos. En ellas implantan sus monocultivos y transgénicos, utilizando para su fertilización todo tipo de productos químicos. El resultado es, ni más ni menos, que doce millones y medio de muertes al año no relacionadas con enfermedades transmisibles; es decir, muertes relacionadas directamente con el mal uso y abuso del Medio Ambiente, y con la ambición de gobiernos, bancos y grandes corporaciones de carácter transnacional.
Lo que significa, directamente, que cuando hablamos de transición ecológica, estamos hablando de algo más que mero ecologismo; estamos hablando de un futuro sostenible y justo para toda la humanidad. Y esto es algo que tendrá que hacerse, lo queramos o no. La cuestión es: cuantos años y millones de muertos más nos costará.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por comentar...

Anuncios adaptables aquí (2)