FILOSOFÍA Y SOCIEDAD (III) - PENSAMIENTO CRÍTICO - Momentos para discrepar

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viernes, 5 de junio de 2020

FILOSOFÍA Y SOCIEDAD (III) - PENSAMIENTO CRÍTICO

Acabado el confinamiento, pero aún imbuidos en las limitaciones de la desescalada, comenzamos a ver toda una serie de alineamientos políticos interesados que, sin ninguna excepción, ni a la izquierda, ni a la derecha, vuelven a la utilización de ese asqueroso mundo de la manipulación y la posverdad.
ÓLEO DE MARÍA ARIAS
Y a pesar de que hemos tenido mucho tiempo durante el encierro para pensar mejor críticamente: analizando y entendiendo lo que ocurría, tratando de tomar las mejores decisiones para afrontar la incertidumbre; e incluso, para ser capaces de intentar algún tipo de transformación en nuestro entorno, y quizás, también, en nuestro modelo social, nada de eso parece haber ocurrido.
Es cierto que los seres humanos no conocemos la realidad; tan solo la realidad que percibimos a través de los filtros que nos condicionan: conceptos, prejuicios, diferentes representaciones, etc. Pero la realidad existe; el virus del COVID-19 y sus efectos sobre nosotros existen, y los hemos conocido, fundamentalmente, a través de la información.
Pero nunca la información ha llegado a estar tan manipulada como en esta era de la posverdad; una renuncia a la prevalencia anterior del valor de lo científico, para pasar a un ensalzamiento de lo local, de la subjetividad; en definitiva, de hacernos creer que la realidad es como un libro que puede ser leído e interpretado por diferentes lectores.
Si a ello añadimos la crisis del periodismo y su subordinación a la financiación del marketing, la multiplicación exponencial de la información, y lo que es peor, el hecho constatado de que la verdad ya no importa, porque de lo que se trata es de enaltecer los lazos de pertenencia, las pasiones irracionales, y el acceso a toda costa al poder, el resultado es lo que tenemos: un mar de opiniones, y pocas argumentaciones que dejen lugar para la duda. Todo ello, unido al auge de la autoayuda: “Yo puedo” “Si creo en ello lo lograré”; generadora de una falsa autoconfianza ¿para qué nos haría falta un análisis crítico de la información?
Pues para volver a ser ciudadanos libres y democráticos, dueños de nuestras decisiones y nuestros hechos, y no meras marionetas de un mundo digital.
El mundo ha afrontado, informativamente, la pandemia vírica de dos maneras: una, con una visión neoliberal capitalista que hace prevalecer la economía sobre la salud —EE.UU. y Brasil, por ejemplo—; y otra con un talante garantista sanitario y laboral —Europa continental— que ha hecho tambalear los cimientos económicos de la civilización occidental. Y ambas visiones se justifican trasladándonos diariamente sus informaciones sesgadas e interesadas arropadas bajo el manto de la posverdad.
El resultado aparente no es otro sino el de nada está bien, todo es mugre, miseria y maldad; mientras los políticos se vanaglorian de sus propias manipulaciones poniendo a galopar un monstruo desbocado que ni ellos saben si podrán controlar.
Y ante ello solo nos queda la ciudadanía: con su voluntad de sacrificio, sus penurias, sus faltas de ayudas, su espontánea solidaridad… ¡Ay, si a ello añadiera, también, un poco de pensamiento crítico!... Cuántos miserables politiquillos se pondrían a temblar.

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