SALAMBÓ - Momentos para discrepar

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lunes, 15 de junio de 2020

SALAMBÓ

A veces vuelvo a releer una obra tan solo por el mero hecho de estudiar a su autor. Y digo bien: estudiar al autor; tanto en su manera de hacer, como para aprender de él, para observar sus giros, sus detalles, sus personajes y tramas. Es decir, para estudiar su obra como si fuera la magistral lección de un pedagogo profesional. Pero en este caso, si además he escogido Salambó, ha sido por pura oportunidad y ejercicio de comparación. Porque la última obra que reseñé en esta sección: El heredero de Tartessos, centraba su acción en la conquista de Ispania por las tropas del cartaginés Amílcar Barca; y más concretamente en su enfrentamiento y derrota, frente a una coalición de pueblos íberos y celtíberos, unidos en defensa de la heroica ciudad de Hélike.
SALAMBÓ
Mientras que Salambó, de Gustave Flaubert, desarrolla su trama en la Cartago del momento anterior, tras su derrota ante Roma en la Primera Guerra Púnica, y la Guerra de los Mercenarios posterior. Así que pensé que entre ambas me posibilitarían un preciso recorrido histórico de una época bastante desconocida, pero que estuvo a punto de impedir que Roma constituyera su Imperio oficial.
De Flaubert puedo decir que siempre constituyó una de mis referencias literarias preferidas, incluso más por su propia vida, que por su obra. Porque el autor quizá fuera uno de los autores que más sufrieron para escribir.
Nació en Rouén (Francia) en 1821, y murió en Croisette, en 1880. Hijo de un cirujano, su pasión por la literatura fue muy precoz, aunque al principio, muy inestable, también. Estudio Derecho en París, pero abandonó la carrera para dedicarse totalmente a la literatura. Su exigencia y perfeccionismo le hacían padecer enormemente. A veces tardaba semanas en dar por bueno un solo párrafo.
Se documentaba hasta la exasperación. Por ello sus viajes tuvieron un papel de primordial importancia en su hacer como novelista, pues concedía una importancia vital a la observación de la realidad. Para escribir Salambó, viajó a Egipto, Asía Menor, Turquía, Grecia e Italia.
Salambó es una novela difícil de catalogar si nos atenemos a los cánones del gusto literario actual. Ofrece una prosa riquísima, perfecta y cuidada, pero adornada con tal cantidad de detalles y descripciones que puede llegar a exasperar al lector formado en esta época, donde la prisa y el sentido pragmático de aprovechar el tiempo, no suele admitir tan barrocas exposiciones.
El uso documental de las crónicas de los autores clásicos y griegos es innegable. Ello le ofreció la posibilidad de plasmar una información del contexto social absolutamente extrema: costumbres, vestiduras, armas, alimentos, técnicas de asedio y combate, parecen más una adaptación de manuscritos anteriores, que una novela al uso de la época. Y es que, probablemente, lo fue, porque en no pocas ocasiones, la trama queda en segundo lugar frente a la profusión de detalles.
El contexto histórico se centra en la denominada Guerra de los Mercenarios. Ocurrida en Cartago tras su derrota ante Roma en la Primera Guerra Púnica, y la imposibilidad de pagar a los mercenarios que habían contratado para combatir junto a ellos. La guerra duró más de cuatro años, y provocó miles de muertos en ambos bandos.
Salambó, hija (ficticia) del general cartaginés Amílcar Barca, juega un importante papel en el desarrollo y fin de la guerra, al enamorarse de ella perdidamente, Matho, el líder de los mercenarios.
Pero con todo, son los sentimientos humanos exacerbados a lo largo de una guerra cruel los que en realidad conformarán el todo de la novela: codicia, orgullo, cobardía, honor; la inestabilidad de los seres humanos ante la continuidad de la adversidad.
En resumen, Salambó es una obra de arqueología literaria difícil de encuadrar y aceptar en el mundillo lector actual. Por tanto, recomendable solo para lectores que busquen algo más que una mera lectura de pasatiempo. Aun así, y pese al virtuosismo del autor, tanta minuciosa descripción llega a exasperar. Al menos, eso es lo que me ha ocurrido a mí en particular.

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