MOMENTOS PARA EL DIÁLOGO (II) - Momentos para discrepar

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sábado, 8 de agosto de 2020

MOMENTOS PARA EL DIÁLOGO (II)

Soy de aquellos a los que le gusta releer sus obras pasado un tiempo. Pienso que segundas y terceras lecturas son las más fructíferas de cara al aprendizaje y al conocimiento. De este modo, busco errores y erratas en un afán permanente de mejorar mi obra.
Momentos para el diálogo (II) nació en un momento y un periodo extraño: aquellos largos días del confinamiento a causa del COVID-19. Una situación que las generaciones actuales jamás hubiéramos pensado que podría llegar; pero que se dio, ciertamente. Y allí nos vimos, recluidos en nuestras casas y en muy diferentes condiciones cada cual.
MOMENTOS PARA EL DIÁLOGO
Fotografía portada: Héctor Campos
En mi propio caso, las muchas horas de soledad me permitieron una gran disposición para leer. De modo que leía durante muchas horas: lo bueno, lo regular, lo malo; y ello de los más diversos géneros. Pero de todos ellos, encontraba una especial predilección por aquellas lecturas filosóficas escritas hacía milenios, pero que me ayudaban a comprender cuan poco ha variado el ser humano en cuestiones de actitudes y sentimientos.
Fruto de aquellas lecturas y de mis propias reflexiones, comencé a elaborar unos post que publicaba en mi blog: momentosparadiscrepar.es, con tan solo el deseo de poder ayudar en aquellos difíciles momentos. Fui así compilando un trabajo que, como poco, encerraba muchas horas de lectura, pensamiento y conocimiento ancestral. Con la vuelta a la “normalidad” y el retorno a las tareas más cotidianas, además de las laborales, dejé de escribir esas entradas, pero las leía y las releía, pensando que, si a mí me ayudaban, podrían ayudar a otros también. Y fue así como nació Momentos para el diálogo (II); un compendio de artículos agrupados en una misma publicación, que permitirían al lector adentrarse en los más diversos temas: la felicidad, el miedo, la vejez, la lectura, la motivación, la democracia, las redes sociales; y tener la posibilidad de plantearse su propio pensamiento crítico sobre estas cuestiones en virtud de su afinidad o rechazo sobre lo expresado en el artículo en cuestión.
Lo publiqué con esa intención. Y debo reconocer que no ha sido una obra que haya gozado de una buena recepción. Se ha leído poco; y ha suscitado casi un nulo interés. Y sin embargo, sigo pensando que es una obra de valor. Sin duda de las que más dedicación y empeño me han exigido. Por eso he vuelto a releerla ¿Dónde está el fallo? Lo he buscado, pero no lo veo. A mí me sigue pareciendo un tratado actual sobre el compendio de un saber filosófico milenario. Así que, si no se lee, será por la falta de interés que estos temas suscitan en el momento actual. De modo que he decidido no cuestionarme más su validez.
Y ahí queda la obra; en espera de esas manos y esos ojos lectores que buscan algo más que mero entretenimiento en estos tiempos banales de burda y zafia diversión.
Leer artículos relacionados con la obra:

1 comentario:

  1. Desgraciadamente ha habido un maltrato sistemático hacia la Filosofía (desde la propia sociedad, pero sobre todo desde las políticas). Todo aquello que no se percibe como "productivo" (ingenierías, matemáticas, física, química, idiomas...) es irrelevante. Craso error. Las consecuencias las pagamos ya: que no suscite interés un compendio tan completo como éste es buena prueba del fracaso como sociedad, más pendiente de los "trending topics" y del tuit de turno que de un comentario sosegado y argumentado. ¿La realidad? No les interesa que pensemos por nosotros mismos (gran valor de la Filosofía). A quien quiera pensar por sí mismo, le animo que lea este libro (y otros del mismo autor). Y quien crea que ya piensa por sí mismo y nadie le influye ni le dice lo que tiene que pensar... Es que no sabe nada de Filosofía.

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