MOMENTOS PARA EL DIÁLOGO (IV) - EL CONSUELO DE LEER - Momentos para discrepar

Lo último:

Anuncios adaptables aquí (0)

Anuncios adaptables aquí (1)

domingo, 29 de marzo de 2020

MOMENTOS PARA EL DIÁLOGO (IV) - EL CONSUELO DE LEER

De nuevo otro domingo, y de nuevo el propósito de escribir otra entrada para el blog. Repaso las últimas reflexiones plasmadas como artículos sobre el papel, y me sorprende lo mucho que han cambiado las cosas en apenas hace un mes. Tanto, que me deja atónito la normalidad con la que podía plasmar mis inquietudes en otro artículo, titulado “Domingo”, precisamente, el pasado 16 de febrero; de eso hace nada; vamos, como quien dice ayer.
Y deduzco de su tenor que la pandemia todavía no había tomado presencia en nuestras vidas; y la vida aún la desarrollábamos en total normalidad. Tanto, que uno, normalmente inclinado al tono quejicoso, podía disertar sobre cosas tan banales como escribir sobre el comienzo del día, planear las tareas por hacer, incluso realizar una pequeña descripción de un acto literario al que había podido asistir. Para entonces, la amenaza de la enfermedad y la muerte, todavía no había tomado poso en nuestro corazón.
EL CONSUELO DE LEER
Pero han bastado treinta días para convertir en banal y pueril cualquier atisbo de normalidad. Porque en solo treinta días hemos tenido que aprender a convivir con la incertidumbre, el miedo y el dolor; la enfermedad ha golpeado nuestras casas y corazones, y hemos tenido que enterrar a padres, hermanos, amigos, conocidos, en total aislamiento y soledad ¡qué tristeza! Morir, y hacerlo en soledad, sin poder dar un último abrazo, un último beso, sin que nadie seque esas últimas lágrimas que surcan las mejillas, sin que prácticamente nadie pueda acompañar en ese último adiós previo a la incineración.
Me invade la tristeza y la congoja hasta extremos impensables hace pocos días; intento hacer todas esas cosas que puedan servirme de apoyo, tanto a mí como a los demás. Trato de escribir más; pero no puedo porque ya no sé qué decir. Así que he vuelto a retomar viejas lecturas; intento abarcar un amplio abanico de conocimientos y saberes que me puedan ayudar.
Porque como ya expresara en algún otro texto, soy hombre de dudas y poca resolución, y solo a fuerza de paciencia y estudio he conseguido avanzar en mi propósito; solo tras mucho leer pude decidirme a escribir aquellos libros y textos que tanto deseaba hacer, pero para los que dudosamente estaba dotado. A través de las lecturas pude avanzar, formarme, conocer el trabajo y el pensamiento de los maestros, analizar sus técnicas, sus estrategias; aprender de su talento.
Y desde entonces, hace muchos años ya, siempre las lecturas me han permitido ampliar mis horizontes, elaborar juicio crítico, afrontar lo que viniera y prepararme para lo que hubiese de venir. Pero reconozco que lo de ahora me supera, que difícilmente alcanzo el consuelo y la comprensión. Recurro a la filosofía: estoicos, humanistas; oigo charlas y conferencias durante esas largas horas de insomnio inconsolable, en las que solo pienso en tantos que ya no están; y en los que estando les dimos de lado por cualquier nimiedad.
Y comprendo que solo puedo pensar así por las lecturas que, sin saberlo, cada día, calan en mí. Así que me digo: “Mira, por lo menos esta reclusión obligada aumentara las ganas de leer”. Y si leemos más, nos enriqueceremos más, seremos mejores en el momento del después.
Vana ilusión, porque basta que llegue el amanecer y consulte los índices oficiales de préstamos de libros gratuitos, para comprobar que no solo no se lee más, sino que se lee menos que en tiempo normal. Así que todo sigue siendo Facebook, Netflix, Amazon… ¡Banalidad! Ni una catástrofe de proporciones bíblicas parece ser capaz de reconducirnos hacia el pensamiento, la educación y la verdadera solidaridad.
Y mientras seguiremos muriendo sin plantearnos nada, sin querer cuestionar ni por un solo momento los puñeteros valores del consumismo, el individualismo, y el materialismo actual… ¡Qué pena me da!

1 comentario:

  1. Del consuelo de leer,viene el aprender, pero si no se lee por lo menos en situaciones como esta, deveriamos de aprender todos, y meditar los motivos por lo que el mundo entero estamos encerrados. Yo me atrevo a decir que el capitalismo por lo que el mundo occidental aposto, nos ha encerrado, somos victimas de nuestra forma de vivir, es mas cuando nos abran la puerta de la jaula, saldremos como ovejas descarriadas a recuperar los destrozos perdidos, de nada va a servir este tiempo de confinamiento para hacernos reflexionar, y hechar abajo el regimen capitalista. Veremos

    ResponderEliminar

Gracias por comentar...

Anuncios adaptables aquí (2)