LA REINA AMAZONA - Momentos para discrepar

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lunes, 9 de marzo de 2020

LA REINA AMAZONA

El libro llegó a mis manos casi de casualidad. Fue a través de un WhatsApp de mi querida hermana, siempre tan atenta, como conocí el evento de presentación de la novela de Patricia Betancort. Miré el reloj, vi que disponía del tiempo justo para llegar, y allí me presenté.
El lugar elegido, una afamada librería y papelería situada en el centro neurálgico de la ciudad, ofrecía un marco interesante e inusual: y me sorprendió encontrarlo lleno. Cierto que no era muy numerosos el aforo, pero más que suficiente para lo que es habitual en una agrociudad del centro peninsular manchego ¡La cosa empieza bien! —me dije.
Pero bastaron unos minutos, desde que Patricia comenzara su disertación, para empezar a sentirme inquieto, porque su forma de concebir y tratar la elaboración de una supuesta novela histórica chocaba, absolutamente, con todos los cánones de la ortodoxia literaria sobre esta cuestión. Y yo soy un escrupuloso observador de las reglas que marcan los maestros.
LA REINA AMAZONA
 
Luego, en el posterior debate, descubrí lo que ya me imaginaba: que estaba en presencia de una autora novel que presentaba su primera obra, por muy “arropada” que estuviera del propio presentador del acto y por la mayor parte del público presencial.
Pero, pese a todo, me agradó la desenvoltura de Patricia, cercana a su público y con una capacidad profesional innata para desviar la atención sobre su persona y su obra, dirigiéndola a su interlocutor. De este modo, cualquier profesional de la información, sabe, que puede sortear y eludir las preguntas más incómodas y enojosas; sobre todo cuando existen lagunas en el tema que pretende tratar. Y, desde luego, sobre la cuestión de, qué es, y cómo debe construirse una novela histórica, Patricia las tenía, sin duda ni parangón.
Llegados a este punto, hay que decir que Patricia Betancort nació en las Islas Canarias; que estudió Ciencias Empresariales en Sevilla, y que completó su formación con estudios de Arte Dramático, cursos de doblaje y locución.
Su carrera en el mundo de la televisión comenzaría tras las cámaras en los departamentos de producción de Antena 3, para ir desempeñando diferentes trabajos en una línea ascendente que le haría llegar hasta las cámaras con el rango de reportera en Canal Sur. Posteriormente, saltaría a la televisión nacional de la mano de Telecinco, Antena 3 y La 2 de TVE. Desde entonces, su carrera en medios televisivos, nacionales o regionales, ha sido prácticamente ininterrumpida hasta hoy. De modo que, su hacer periodístico, deriva de su entrega a la profesión, más que de estudios reglados, circunstancia que la honra como profesional.
Pero volviendo a aquel acto de presentación de la Reina Amazona, tras el final del acto, me comprometí con Patricia a leer su obra, y a realizar una pequeña reseña de la misma. Y como resulta que tengo la costumbre de procurar cumplir con aquello que digo, aunque solo sea por cuestión de rigor, pues heme aquí, tras la lectura de la obra, empeñado en concluir aquello que prometí.
Y reconozco que me acerqué a la novela lleno de prejuicios y resquemor. Al fin, no me había convencido la propia calificación de la autora sobre la obra como “novela histórica ficcionada”, ni había un bagaje profundo de experiencia literaria. Y hay un gran abismo entre hacer redacción periodística, y escribir una novela que además se pretende histórica.
No obstante, lo primero que tengo que decir, siempre según mi criterio, claro está, es que, efectivamente, no estamos ante una novela del género histórico, sino una obra más del género ficción romántica; ese que, en el momento actual triunfa con facilidad ante un numeroso público lector poco comprometido que solo busca pasarlo bien sin necesidad de pensar.
Y en este sentido, La reina amazona, da de lleno en el clavo. Le auguro un futuro prometedor a esta obra, y a las que seguirán. Porque seguirán otras, desde luego, ya lo verán.
La novela, para el lector crítico y versado, transmite, desde sus primeras páginas, ese olorcillo de obra primeriza, de “novela de juventud” —aunque estemos hablando de juventud literaria, que no física—, propia de una autora aún por hacer. Y sin embargo, es una narrativa que apunta maneras, y que hace presumir que le bastará un poco más de oficio para escribir obras de calidad.
La trama en sí es una historia romántica situada a comienzos del siglo XX, en el contexto del glamur de la aristocracia y sus valores: un mundo que parece fascinar a la autora, tanto como a mí me empalaga ese “pastel” de situaciones rosas e inverosímiles en que te sumerge la trama. Y es que, eso es lo que suele suceder cuando se inventa una ficción y no se dominan las técnicas.
De modo que, como conclusión final, debo argüir que, La reina amazona me ha dejado una doble sensación encontrada: la novela no me ha gustado, fundamentalmente, porque no me gusta el género y porque falta en ella “oficio” literario. Pero creo, sinceramente, que Patricia tiene potencial, siempre que haga el esfuerzo por cultivarlo, y aproveche la experiencia que le ofrece la vida real a través de su quehacer periodístico. Quiero decir, si se aleja de estas romanticonas historias para escribir con compromiso y dedicación sobre el mucho dolor que en el mundo hay.

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